En el artículo anterior estuve mencionando algunos motivos de los que nos valemos para iniciar un negocio, todos válidos, pero no suficientes para desarrollar y hacer crecer un negocio.
Por eso ahora les hablaré de la respuesta a la pregunta de ¿Para qué Emprender?
La Motivación
Es necesario tener clara además de la idea de negocio, el ¿Para qué Emprendemos? Es la motivación, lo que nos hace materializar esa idea y mantenernos en nuestro proceso. Junto con la ilusión y la pasión nos da el soporte para desarrollar un modelo de negocio que será probado y ajustado en el mercado.
Cuando tenemos en mente desarrollar algún Emprendimiento la motivación es ese motor que impulsa a trabajar en tu proyecto desde el amor y la pasión. Esa motivación surge desde el momento que te conectas con tu propósito de vida, lo que te gusta y sabes hacer. De allí viene el PARA QUÉ Emprender.
¿Cuándo tienes claro tú PARA QUÉ?, es necesario saber cómo la llevas a cabo y para responder esa pregunta hay mucha información. Para mí no hay una receta establecida. Eso depende de cada quién, sin embargo, sí creo necesario tomar en cuenta algunos tips de las personas que ya tienen un camino recorrido desde hace mucho más tiempo que tú. Estos se resumen fundamentalmente en:
- Trabajar en ti, tus creencias, actitudes talentos (Ser) y luego en tus competencias y conocimientos para dar el salto de emprendedor a empresario exitoso (hacer);
- Tu emprendimiento es el reflejo de quién eres tú.
- Ser sincero contigo mismo y decidir cuál será la dedicación en tiempo y dinero que le darás a tu proyecto. Si es el 100 o medio tiempo, ambas tienen sus consecuencias. Pero es necesario decidirse, eso sí, debes tener claro que en algún momento debes dedicarle 100%.
- Trabajar en tu modelo de negocio y si no sabes hacerlo apóyate en expertos y formarte para ello.
- Rodéate de personas que también son emprendedoras, y que están convencidas que sí se puede, porque se mantienen motivadas con lo que hacen. El primer saboteador es uno mismo y esa gente representa que si se puede conseguir lo que deseas a pesar de ti. El segundo saboteador a veces es la familia y amigos y de aquellas personas que lejos de apoyarte representan tus grandes obstaculizadores.
- Honrar y respetar a aquellos emprendimientos que ya tienen tiempo en el mercado y ofrecen una propuesta valor parecida a la tuya.
- Organizar tu tiempo de manera tal que no afecte tu calidad de vida individual y familiar, o te convertirás en un empleado de ti mismo. Eso de ser jefe de uno mismo puede tener un contrasentido para tu proceso, lejos de auto emplearte y llegar a explotarte, la idea es que seas un líder.
- No te aísles, no lo puedes hacer todo tú. A veces hay que ser humilde y pedir ayuda y contar con equipo de expertos. Otras veces es necesario hacer alianzas estratégicas con otros emprendedores para aligerar las cargas o para perfeccionar tu modelo.
- Emprender es un proceso de muchas renuncias y de soltar para avanzar. Eso se acerca a la frase de salir de la zona de confort, no es fácil, pero si esencial. Eso tiene que ver con tu actitud emprendedora y asumir la incertidumbre como parte de la realidad que te circunda.
- Entender que tener miedo forma parte del proceso, pero hay que saber usarlo a nuestro favor. Yo tengo miedo casi todo el tiempo, pero aun así decido tomarlo como mi motor de vida, mientras más riesgos tomo, el sigue allí, siendo mi motor. Para nosotros los emprendedores es una buena señal cuando decidimos mirarlo e incluirlo. Mientras más lo rechacemos, mientras más nos esforcemos por deshacernos de él, tendrá más fuerza toma para detenernos o sabotearnos. Sí decidimos actuar con miedo, lo que sucederá es que poco a poco iremos cambiando la relación con él. Cada uno de nosotros sabe lo que es el miedo porque vivimos con él día a día, se puede manifestar en nuestra mente y nos hace paralizarnos, o salir corriendo. Nos puede llevar a procrastinar o nos bloquea para tomar decisiones. No lo alejes, inclúyelo y gestiónalo a tu favor.
En conclusión, para responder las preguntas del Por Qué y el Para Qué Emprender tenemos que distinguir entre dos términos. Dos términos tan próximos en su fonética como distintos en su significado: motivo y motivación. Un motivo es un detonante, es una causa. Por ejemplo, el detonante de que la directora de oficina bancaria montase su cafetería fue el despido o jubilación anticipada. Pero otra cosa es la motivación, ella adora servir a otros en un ambiente relajante y de café. Ésta hace referencia a las ganas, a la ilusión, al deseo profundo de emprender. El motivo que provoca su decisión no es importante mientras haya una ilusión real. Las verdaderas motivaciones son: la ilusión y el deseo de emprender per se, como modus vivendi. Ahora puedes ver que lo que le mueve realmente a que una mujer decida ser una compositora es porque quiere dedicarse a componer canciones, no porque tiene la idea de una canción. El motivo es irrelevante mientras hay motivación, por eso Emprender es una actitud de vida.
María Sofía Salas C/@mariasofiasalasc